Pablo Ayala, ingresó al colegio cuando estaba ubicado en la avenida Pedro de Valdivia y luego se trasladó a las instalaciones actuales. Pertenece a la generación de 1978, está casado con georgiana y todos sus hijos han egresado de acá, lleva el sello del dragón en su alma. Antes de asumir la presidencia fue secretario ejecutivo de la asociación, que nació formalmente para el aniversario número 75 del colegio.
Ingeniero civil industrial, asumió la presidencia de la Old Georgian Association (OGA) en mayo de 2016, sucediendo a Raúl Torrealba. Uno de sus mayores desafíos es festejar nuestros 80 años con actividades formativas en lo espiritual (Seminario “Ser un cristiano hoy ¿desafío, deber o utopía?”), en lo contingente (Seminario “Ser empresario hoy ¿quién paga la cuenta?”) y también en lo político (seminario a desarrollarse el 6 de octubre). Esta seguidilla de acciones culminará en la Old Georgian Night, programada para el 11 de noviembre, ocasión que pretende convocar a más de tres mil asistentes en una cita de llena de alegría, mística y compañerismo.
¿Cuál es el sentido de la OGA?
Trabajar en los tres pilares estratégicos que nos propusimos. El primero es unir a los estudiantes de Pedro de Valdivia con los de Américo Vespucio, porque todos creemos que el colegio donde estudiamos fue el mejor. Y eso te muestra que nos sentimos una misma familia al alero de la congregación de la Holy Cross.
El segundo es seguir creciendo como seres humanos en los valores de la congregación. Eso lo trabajamos todos los años a través de seminarios de espiritualidad, de empleabilidad y de actualidad, donde invitamos generalmente a old georgians y también a gente de afuera para que expongan sobre temas contingentes, como la energía, el sistema tributario y, este año, los empresarios. Son temáticas importantes para el desarrollo de la nación y donde los georgians tenemos una palabra que decir.
El tercero, que es prioridad y es nuestro lema, es apoyar a los ex alumnos que lo están pasando mal para “que ningún old georgian se sienta solo”. Esto partió bajo las directrices del padre Carlos Delaney C.S.C. y se ha profesionalizando durante estos cinco años. Hoy hay una estructura que se divide en tres áreas: la espiritual o emocional, el desafío laboral y el apoyo solidario en la salud. Hay 80 old georgians pro bono, principalmente médicos, que donan su tiempo y sus ganas de ayudar a otros. Ha sido muy bonito. En lo laboral se han desarrollado varios talleres, algunos de selección, outplacement, otros para el emprendimiento.
Además, tenemos un compromiso con la sociedad, que lo volcamos hacia la Fundación Moreau (Fundamor). Existe un compromiso formal para apoyarla, porque es nuestra cara visible frente a la realidad que muchos niños viven con sus derechos vulnerados. Estamos comprometidos económica y profesionalmente con ella, ya que todos los niños de Fundamor se atienden con profesionales de la OGA y el 5% de los ingresos operacionales nuestros van directamente a Fundamor.
Tenemos 80 años, ¿qué nos espera en el futuro?
Estamos tremendamente entusiasmados. Esperamos seguir ayudando a los georgians. En su mayoría son gente con buena situación y sin grandes problemas, pero como en todas las familias, hay muchos que lo están pasando mal. Hay casos dramáticos, como gente viviendo en situación de calle, en drogadicción, cesantes, con salud complicada. Por ejemplo, un old georgian que quedó discapacitado vivía en un departamento tan pequeño que la silla de ruedas no pasaba hacia el baño. Con financiamiento nuestro y apoyo público, porque parte de lo que hacemos es mover redes, hoy vive en un lugar más adecuado a sus necesidades. Hay 183 casos de old georgians que han pasado por la OGA.
¿Qué nos espera? Seguir creciendo en desarrollo personal, fortaleciendo las relaciones y ayudar a otros old georgians y a Fundamor. Son desafíos tremendamente interesantes.
¿Proyectas el colegio con 80 años más?
Absolutamente. La congregación no mira a corto ni mediano plazo. Los proyectos de nosotros los católicos son a largo plazo, entonces no me cabe la menor duda que van a pasar 80 años más superándose en todo sentido con el objetivo de formar cristianos comprometidos y ciudadanos competentes. Ese es un sello de la congregación.
¿Cuál es el mensaje de la OGA para la comunidad educativa?
Me gustaría hacer partícipes de la OGA especialmente a los alumnos, porque ellos son los que van a tomar esta posta generacional y transmitir a la comunidad que el día de mañana, si alguien va a estar en problemas, tendrá una familia apoyándolo detrás. Desde ya hay que estar preparados para ayudarlos y aprovechar nuestras redes.