Acompáñanos a descubrir la historia de un Georgiano que está dejando una huella imborrable en la historia deportiva de Chile.
Nuestro compañero Harold Mayne-Nicholls fusiona su pasión por el deporte con su compromiso con la excelencia. Desde sus días como seleccionado de fútbol hasta su rol actual como director ejecutivo de los Juegos Panamericanos Santiago 2023, Harold Mayne-Nicholls nos comparte las razones detrás de su decisión de asumir la compleja misión de liderar la organización de este magno evento en momentos que arreciaban las críticas por el retraso en el desarrollo de la infraestructura deportiva.
Harold Mayne-Nicholls (OG 1978) nos habla de su visión para transformar este evento en una experiencia inolvidable y, cómo no, de su tiempo como estudiante del colegio, lo que le proporcionó las herramientas fundamentales para enfrentar proyectos de esta envergadura.
¿Cuál es la importancia de que Chile organice los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos? ¿Por qué no debemos perdernos estos eventos?
Los juegos son muy importantes para Chile porque nos permiten mostrarle al mundo que somos capaces de hacer eventos de esta magnitud. Además le permite a nuestros deportistas -como lo han señalado tantas veces- jugar en casa y normalmente no tienen esa posibilidad cuando participan de competencias de este nivel. Pero lo mejor de todo es que nos permite visualizar cómo se organizan estos grandes eventos. Esa es la razón de por qué nadie debe perdérselo, pues cuesta mucho que se repita algo como lo que viviremos en estos Panamericanos y Parapanamericanos.
Como director ejecutivo de los Juegos Panamericanos en Chile, ¿cuáles son tus metas y desafíos principales?
El desafío principal como director ejecutivo de los Juegos es evidentemente sacarlo adelante, y que sean una buena experiencia para los deportistas, para los asistentes y para todo el mundo.
En segundo lugar, lograr generar un legado a través del deporte y ahí veo dos metas. Primero, que los Juegos sean capaces de unir al país en momentos complejos como los que estamos viviendo Y segundo lugar, que ojalá impacten a los niños y a las niñas, a los menores, para que se involucren en la actividad física y podamos combatir el sedentarismo y la obesidad, que nos están haciendo muchísimo daño.
¿Crees que tu experiencia en el colegio influyó en tu capacidad para liderar un proyecto tan grande y complejo como este?
Ingresé al colegio en Pedro Valdivia y estuve tres años ahí. Después terminé en Vespucio, en la Pirámide, y cada año el colegio me fue entregando herramientas no solo en el sentido académico, no solo en el sentido de la enseñanza, sino que me entregó muchísimas herramientas para salir adelante en los distintos proyectos en que me involucré.
El colegio fue mucho más que una institución educacional. Fue un formador absoluto de todo mi carácter, mi personalidad, mi forma de hacer las cosas, y principalmente en la época que me tocó a mí, de todo lo que era la autodisciplina.
Yo logré captar ese mensaje y creo que he seguido haciéndolo, así que sin el colegio, sin todas las enseñanzas que recibí y sin todos los ejemplos que vimos, sin todos quienes estuvieron antes que nosotros, para mí habría sido muy difícil involucrarme en este tipo de proyectos.
Sabemos que hay muchos miembros de la comunidad Georgiana que participan de diversas maneras en este evento. ¿Existe un vínculo entre los y las georgians y el mundo del deporte en general?
El colegio siempre ha tenido una especial vocación por el mundo del deporte, desde que yo era chico yo me acuerdo haber visto a los curas jugar baseball y nos invitaban. El fútbol siempre fue relevante, había equipo de tenis, básquetbol y atletismo ni hablar, era fuertísimo. Siempre el colegio ha tenido voleibol. Había todo tipo de deportes y eso se ha mantenido en el tiempo. Uno ve y siempre hay atletas, deportistas, siempre hay alguien del Saint George involucrado en actividades deportivas a nivel nacional e internacional.
Así que por supuesto que hay un vínculo estrecho con ellos, y para uno que es ex alumno desde hace tanto años, se siente absolutamente convencido de que ese camino es el camino que ojalá todos los establecimientos educacionales en el país tomaran.
¿Puedes compartir con nosotros cómo fue tu relación personal con el deporte mientras estuviste en el colegio?
Mi relación con el deporte es de toda la vida. No se me va a olvidar nunca cuando en segundo básico, en los recreos en Pedro Valdivia, algo pasó, algo malo hicimos, algo que no correspondía, y la miss Ximena Rojas, que era nuestra profesora, no retó a todos. Yo estaba con la pelota debajo del brazo, y me acuerdo que el reto fue - todo esto en inglés- “¡Y a usted Mayne Nicholls, lo único que le interesa es jugar al fútbol y por eso todas estas cosas pasan aquí!”. Hasta el día de hoy cuando veo a la miss Ximena Rojas le recuerdo eso y se ríe.
Nosotros toda la vida hicimos deporte, teníamos profesores muy involucrados en la actividad física: Luis Moreno, el profesor Carmona, Sergio Restovich, eran tipos que habían ido a Juegos Olímpicos, a Juegos Panamericanos o habían sido Seleccionados. Estaban muy involucrados y no sólo eran profesores, eran maestros.
¿Qué deporte hice yo en el colegio? De los que me acuerdo jugué beisbol, basquetbol, había boxeo - creo que en el cuarto y quinto año hicimos boxeo ya en la Pirámide-. Para atletismo yo no tenía habilidades, pero teníamos que hacer muchas pruebas atléticas. Jugué fútbol y voleibol. Rugby no había en esa época o estaba empezando y a mí no me interesó. Pero cualquier deporte donde pudiéramos representar al colegio, todos nos sumamos y siempre estábamos presentes. También había esgrima y teníamos a un campeón nacional, Ignacio Goñi del 4D. Es decir, el deporte giraba muchísimo en torno a nuestra actividad.