Descubre la inspiradora historia de María Ignacia Montt, la atleta más rápida de Chile y orgullosa georgiana de la generación 2014. En esta entrevista nos comparte sus desafíos superados, su camino hacia los Juegos Panamericanos y cómo la pasión por el deporte se entrelaza con el lema "Recte ad Ardua" que marcó sus días en el Saint George's College.
¿Cuál es la importancia de los Panamericanos para tu carrera deportiva y cómo ha sido tu camino para llegar a ellos como la atleta más rápida de Chile?
Los Juegos Panamericanos son uno de los campeonatos más importantes en los que voy a participar de mi etapa adulta. Estuve en un mundial universitario, en un mundial juvenil, pero a nivel adulto no me ha tocado estar en instancias tan grandes como esta, así que es un tremendo escenario para mí.
Tu historia como deportista ha estado llena de desafíos que has sabido sortear uno a uno, como las vallas en la pista de atletismo: Diabetes tipo 1, una pandemia y una fractura. ¿Qué has aprendido de estos obstáculos y cuál ha sido la clave para enfrentarlos?
Creo que mi vida se ha visto enfrentada a muchas adversidades y he podido revertirlas varias veces, no solo con la diabetes, sino también con la pandemia, donde lo logramos todos juntos. Y ahora con esta fractura, he podido adaptarme a situaciones adversas y darlas vuelta. No ha sido fácil, pero para nada, pero he podido dar vuelta estos escenarios y hacer probable lo improbable, que ha sido como el lema del último año. Creo que con trabajo duro todo se puede lograr y eso es lo que hemos venido demostrando. Volver de una lesión y hacer tu mejor marca no es tan sencillo, pero estoy muy orgullosa de que lo hemos podido hacer, tengo un tremendo equipo con el que he trabajado, y eso es, en verdad, solo el resultado de mucho mucho trabajo.
De todos estos desafíos, ¿cuál ha sido el más difícil de superar?
Yo creo que esta factura. Fue muy difícil, porque se demoró más en recuperar de lo pronosticado. Se supone que iban a ser doce semanas y terminaron siendo diecinueve. Hice realmente todo lo que tenía a mi alcance para acelerar el proceso de recuperación, pero al final los plazos fueron distintos. Los doctores me decían que podía ser por la diabetes que me haya demorado más, pero nunca vamos a saber. Lo más probable es que sí. Hay que ser paciente. Como cuando te dicen “confía en el proceso”, y uno lo hace, pero otra cosa es realmente entregarse y confiar a ojos cerrados en las cosas que debes hacer.
Crees que el no rendirte antes de intentarlo es algo que se relaciona con el “derecho a lo difícil” tan marcado en la vida de muchos y muchas georgians?
Sí, yo creo que el lema del colegio “Recte ad Ardua”, derecho a lo difícil, me ha marcado la vida y lo he aplicado muchas veces. De hecho, en algún minuto en la universidad -yo estudio en la Universidad Católica- me quise cambiar porque era muy difícil, y mis papás me dijeron, “No. Derecho a lo difícil. Sigue, vas a poder”. Con la lesión al comienzo quise tirar la esponja. Con la clasificación a los Panamericanos también. Pensé “quizás no lo logro”. Pero ahí uno siempre tiene el bichito de este nivel de autoexigencia y de ganas que uno le pone a las cosas cuando se ponen difíciles. Creo que ahí hay algo del colegio que me ha marcado.
Encontraste tu pasión por el atletismo en básica. ¿Hay hitos de tu vida escolar que hayan marcado tu carrera deportiva o que te hayan ayudado a llegar donde estás hoy?
Partí con el atletismo en cuarto básico y creo que todos los Interescolares fueron sumando a esta pasión que fui desarrollando por el atletismo. Y el del 2013, cuando hice el récord interescolar de 100 metros planos y que fue la primera vez que bajaba de doce segundos, me permitió soñar y ponerme metas más exigentes. Ese año, además, ganamos el interescolar, gané todas mis pruebas y fue muy lindo. También me abrió puertas para estudiar en Estados Unidos y oportunidades de auspicios. Tengo los mejores recuerdos. Y, obviamente, un hito es el equipo de Atletismo del colegio, que era una familia. Rara vez me ha tocado tener algo parecido.
¿Cuáles son tus metas para este Panamericano?
Para mí el Panamericano es muy parecido a lo que sería un Mundial y tengo competidoras de primer nivel de todos los países que vienen a los Juegos. Mi meta es meterme a la final, poder hacer mi mejor marca, llegar en mi mejor minuto, y eso es en lo personal los 100 metros. Y con la posta esperamos poder pelear una medalla y dejarla en casa.
Sabemos que hay muchos miembros de la comunidad Georgiana que participan de diversas maneras en este evento. ¿Crees que exista un vínculo entre los y las georgians y la pasión por el deporte?
Creo que el colegio ha hecho una muy buena labor para formar deportistas en distintos ámbitos, y si no son deportistas, son gente que vibra con el deporte. El colegio hace una muy buena pega con eso y tenemos muy buena infraestructura. Se fomenta mucho y claramente a todos nos apasiona. Como decía antes: ir directo a lo difícil y lograr cosas, por lo que vibramos de una manera parecida por los deportes y las competencias.