Soulfia es el nombre musical de Sofía Walker (MOG 2015), cantante cercana a la tradición del neosoul que está conquistando las plataformas online con su música y que acaba de lanzar en medio de la cuarentena el single y videoclip Cómplices. Acá nos cuenta sus reflexiones sobre ser una mujer georgiana y nos habla de la “zoomblea” que organizaron compañeras de su generación para hablar de abuso y bullying.
A sus 23 años Sofía Walker ha incursionado en el trap, en el soul y ha sido destacada por los medios especializados como una de las más prometedoras nuevas exponentes de la música chilena. Tras el lanzamiento de un exitoso primer sencillo, “Toda la noche”, en 2019, Soulfía -su nombre artístico- ha seguido sumando seguidores en plataformas digitales con esta mezcla de soul y sonido urbano.
En estos tiempos de pandemia, nuestra compañera ha seguido experimentando y, en plena cuarentena, lanzó “Cómplices”, su nuevo single y videoclip que mezcla R&B y pop, un género que le interesa seguir explorando.
Aquí conversamos con ella sobre el espíritu georgiano y los desafíos que, como mujeres, enfrentamos en nuestra sociedad.
¿Qué rol jugó el colegio en construir la mujer que eres hoy?
El colegio me ayudó a construir la mujer que soy hoy haciéndome más fuerte, entendiendo lo que valgo como mujer y como artista de la música. Me hizo comprender también que existen personas que no están hechas para el sistema educacional tradicional.
¿Cuáles han sido tus mayores alegrías y logros durante tu carrera como cantante? ¿Y cómo has enfrentado estos tiempos de pandemia desde tu área?
Como cantante en mi carrera he tenido muchos logros. Hoy tengo fans y muchas personas felices y expectantes por mis nuevas canciones. He recibido mucho apoyo. La pandemia me ha ayudado a estar más conectada conmigo misma y sacar lo mejor de mí. ¡Compongo todos los días!
Con esa experiencia, ¿cuál es el espíritu georgiano que te gustaría entregar a las próximas 50 generaciones de mujeres?
Me gustaría traspasar un mensaje a las futuras generaciones de mujeres: Que nunca se dejen minimizar frente a las situaciones cotidianas del patriarcado, que saquen la voz, que sepan decir no cuando se sientan incómodas en determinadas situaciones, y que sepan lo importante que es la humildad, la solidaridad y la sororidad.
Con la mirada del 2020, ¿cuál es tu reflexión respecto del espacio que tuvieron las mujeres en el Saint George en los años en que fuiste estudiante?
Con la mirada del 2020 mi reflexión del espacio de las mujeres es que hoy en día estamos más fuertes que nunca. Tuvimos una “zoomblea” hace unos días, donde hablamos de todos los abusos y el bullying que había desde nosotras a nosotras mismas, desde los hombres, y de la poca responsabilidad de las autoridades cuando se denunciaban este tipo de situaciones. Esto me da mucha alegría por una parte, porque significa que tenemos claro todo por lo que pasamos y que, hoy en día, no queremos que otras mujeres pasen por lo mismo.
Si tuvieras que escoger una mujer de la comunidad georgiana que te ha servido como un modelo a seguir o que te ha inspirado, ¿a quién escogerías?
Francisca Valenzuela es mi ex georgiana favorita. La ex profesora Ana Ponce de León y la apoderada y ex georgiana Vitita Pérez.
¿Qué tema o foco debería estar en el centro del evento de los 50 años de la llegada de mujeres al colegio?
Creo que el foco del evento 50 años debería estar, de todas maneras, en crear un espacio feminista. Aprovechar la instancia de que mujeres jóvenes hablen y saquen la voz por todas aquellas que fueron abusadas o simplemente pasadas a llevar. Creo que es importante tener claro lo que la información de hoy nos entrega con respecto a la mujer y el patriarcado.
Y para terminar: ¿Qué es ser una (mujer) georgiana?
Ser una mujer georgiana para mí, y lo digo muy personalmente, es que no importa de dónde vengas o dónde estudiaste. Lo importante son los valores personales que cada una tiene, explorar la calle y aventurarse para saber la realidades de este país.