Tras la exitosa campaña solidaria de OGA, las niñas y niños de Fundamor ya recibieron sus tablets y conectividad a Internet, lo que les permitirán asistir a sus clases online y a sus terapias.
Al fin se concretó la entrega de las 120 tablets de última generación con conexión a internet para niñas y niños que participan en los programas de atención ambulatoria de Fundamor. Han enfrentado la pandemia con sus familias y, al no contar con un dispositivo que les diera autonomía, no habían podido participar de forma óptima en sus clases telemáticas y terapias.
De izquiera a derecha: Patricia Richard, gerenta de OGA; Ana María Latorre, coordinadora de Residencia en Fundamor; María Cristina Márquez, directora de OGA; María Dolores González, directora administrativa en Fundamor; Ximena Vásquez, coordinadora del programa de prevención Focalizada en Peñalolén; Carola Gana, directora ejecutiva de Fundamor; Daniel Perez, trabajador social Residencia Fundamor y César Orrego, coodinador del Centro Andacollo.
El 1 de septiembre se realizó la ceremonia de entrega de la donación de OGA a Fundamor y las tablets ya empezaron a llegar a su destino. Ana María Latorre, coordinadora de la residencia de Fundamor, quien participó en la entrega de estos dispositivos, expresó su enorme satisfacción por lo que significó “verles la carita cuando abrían la caja y se encontraban con este dispositivo tecnológico”. Y es que fue un regalo sorpresivo para los niños.
“Es que no lo podían creer. Nosotros aprovechamos que vamos cada quince días a entregar la canasta y ahí les dimos la sorpresa. Recorrimos Santiago completo, desde Quilicura a San Bernardo, pero fue una experiencia sobrecogedora no sólo para los niños, sino que para los profesionales que trabajan con nosotros”, señaló.
“Fue como una bendición para ellos. Las mamás estaban muy agradecidas porque estas tablets sirven para reforzar el proceso educativo online, para hacer el trabajo psicológico y también para que se convierta en un espacio de juego. De hecho, apenas las recibieron, bajaron juegos y se comunicaron por Whatsapp conmigo”, agregó Ana María Latorre.
El psicólogo Alex Suárez indicó que mantiene fresca en la memoria “la sorpresa en niñas y niños, el agradecimiento genuino de poder contar, al fin, con dispositivos que ayudan a tener espacios de interacción, cosa que no es nada de simple cuando vemos limitada la dimensión presencial”.
“Estaban tan entretenidos. Es que son muy computines ellos, y al imponerse de sus aparatos se volvieron protagonistas en el proceso interactivo”, agregó Alex Suárez, quien acudió en compañía de Marcela Montenegro, quien expresó su satisfacción ya que “niñas y niños se acercaban a abrazarnos y nosotros les decíamos que eso no se podía hacer por la pandemia… Pero en fin, fue maravilloso”.
Fue un momento mágico porque “fue un momento de mucho agradecimiento. Esos niños no se habían podido conectar bien a sus clases o sesiones de psicoterapia porque lo hacían con los celulares de sus papás, y muchas veces tenían que compartir ese celular con toda la familia. Agradecemos enormemente esta ayuda con estos instrumentos que son absolutamente necesarios no sólo en estos tiempos de pandemia, sino que en general”.
La reacción de niñas y niños será un momento que Daniel Pérez, trabajador social de Fundamor, también va a atesorar en su memoria por siempre. “Llevo casi ocho años trabajando y algo así no lo había visto nunca”.
“Fue algo súper especial. Ver la reacción, el agradecimiento, la sorpresa, el hecho de no esperar que una institución como la nuestra pudiera entregar un artefacto de esa calidad. Los adultos también estaban felices. Será un tremendo aporte para que los niños no sientan exclusión en clases y terapias”, señaló.