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El adiós de Hécate en Chile: una despedida íntima de un proyecto que une música, identidad y transformación

hace 8 meses

Después de años de trabajo artístico, emocional y colectivo, Verónica Soffia generación 2003 —actriz, cantante, compositora y bióloga cultural— se despide de los escenarios chilenos con un concierto único e irrepetible. El próximo 11 de abril, en Ñuñoa, presentará por última vez en el país su innovador proyecto Hécate, una cantata construida desde la experiencia femenina, la búsqueda personal y la fuerza transformadora de la música. Esta será una despedida cargada de sentido, antes de llevar esta obra a Barcelona, donde comenzará una nueva etapa junto a mujeres catalanas y latinoamericanas. Una invitación a presenciar un viaje emocional que ha tocado corazones, y que aún tiene mucho por recorrer.

Salió del colegio y estudió teatro porque quería entender las emociones humanas, por ejemplo le gustaba jugar con las historias, pero era tímida en esa época y le daba mucha vergüenza. Al pasar el tiempo vio que traía esto de hacer canciones y le puso atención al tema. Al salir de la universidad se dedicó a actuar varios años en TVN y Canal 13 como por ejemplo “No abras la puerta” y “Los 80”, pero en paralelo decidió darse el espacio y empezó a buscar personas con quienes trabajar, escribir canciones y hasta hizo un disco. “Todo comenzó por mi y me fui dando cuenta que era lo que más feliz me hacía, lo que más me llenaba. La música empezó a ganar espacio y me di cuenta de que ese era mi lenguaje, había algo de contar historias que me había regalado el teatro, algo que siempre me emocionaba. Estas dos artes se enlazaban incluso en mis conciertos donde tomaba el espacio para relatar lo que quisiera. Junto con eso, estudié un magíster de biología cultural en la Universidad Mayor y ahí hice mi tesis en lo emocional, que te permite el cambio de mirada. Estaba obsesionada en que no me gustaba mucho el mundo en el que vivía y quería tener más herramientas para poder generar transformaciones”.

 

“He comprendido que para generar cambios, había que hacerlos desde el entendimiento porque cuando uno critica a alguien que hace algo mal, la persona solo se defiende. Puede sonar muy evidente para muchas personas, pero en realidad tiene una base biológica. A veces los cambios significan para nosotros una amenaza de muerte porque pone en jaque todo lo que conocemos, no es que seamos muy tercos mentalmente, sino que hay un impulso desde las entrañas que nos hace actuar de una manera u de otra. Para poder cambiar de mirada, los seres humanos necesitamos tener la seguridad y tranquilidad de poder soltar en un espacio seguro para abrir la emoción y el corazón. Para mi los cambios se generan desde la empatía y del poder reconocernos. En este contexto nació el Proyecto Hécate, las mujeres tenemos una forma muy particular de vivir en el mundo que deriva desde nuestra sensibilidad, roles que hemos ocupado y tenemos una mirada especial que aportar también y que no ha tenido el espacio para mostrarse”. 

 

El nombre Hécate es de una de las diosas más poderosas del panteón, tanto que Zeus le da acceso al cielo, mar y tierra. Ella podía entrar a los tres reinos y no contenta con eso se va al inframundo para poder aprender a dominarlo. Te invita a conectar con tu propia sabiduría y quería eso en el taller, una forma de integrar las partes de no solo lo luminoso, sino que también lo oscuro.

 

Ahí nació el proyecto, un taller de coro femenino donde quise abrir un espacio musical reflexivo para que a través de la música, las mujeres pudieran explorar sus voces y su musicalidad al igual que yo lo hice hace tantos años. Un espacio de encuentro donde se pueda conversar y contestar estas preguntas juntas. “Vivimos en un mundo que nos ha dicho cómo tenemos que ser, que se espera de nosotras y estamos recién empezando a cuestionarnos cosas. Se me ocurrió abrir este taller e invitar a todas a montar una cantata, quería componer y que se relatara una historia. Una cantata es un conjunto de canciones que cuentan una historia, no es musical ni opera, cada canción es un hito y va contando un suceso o momento. Tenía ganas de poder materializar esa búsqueda de identidad y escribir la historia de una mujer que explorara su propia voz como el concepto del viaje del héroe”. 

 

Además de estar enseñando técnicas vocales, fue generando conversaciones de distintas temáticas o problemáticas y a partir de lo que se hablaba, Vero tomaba ese material e iba construyendo las canciones, tratando de que contuvieran en sí una verdad universal y colectiva. 

 

“El resultado fue mucho más allá de lo que esperábamos, las canciones quedaron preciosas y muy emotivas. Pasaba que yo lloraba haciéndolas, las chicas lloraban en sus casas y me enviaban mensajes contándome lo que sentían. Primero era un proceso personal e interno, pero fuimos viendo que también le pasaba eso al público y cuando la presentamos por primera vez, la reacción fue impresionante. Las mujeres y hombres emocionados, muchas de ellas se acercaban a contarnos sus historias porque es una obra que puede ver toda la familia. ha sido un viaje tremendo, precioso y que ha ido creciendo. Postulé a un Fondart para poder grabar ese disco y lo gané, se está transformando en una de las cosas más lindas que me ha pasado”. 

 

En este momento ya se está haciendo camino en otro lugares y próximamente irá a Barcelona a montar la cantata con catalanas y latinoamericanas que viven ahí. Quiere ver en qué nos parecemos y en qué nos diferenciamos, lo que sin duda puede ser distinto, pero ya han existido conversaciones online muy positivas y ya empezaron los ensayos. Dice que “pensar que mis canciones creadas aquí en Chile están resonando al otro lado del charco e ir recibiendo tanto apoyo ha sido muy bonito”. 

 

¿Qué importancia tiene la voz femenina en tu música y en la música folclórica en general?

 

“Es mi gran tema porque quiero darle espacio de forma concreta y simbólica, creo que para las mujeres encontrarse con su voz es tremendo. Suceden procesos muy mágicos e inesperados, aspectos de nosotras mismas que a veces tenemos guardados muy en el fondo y que podamos ser plenas con quienes somos. Creo que es muy importante reconocerla y ver cuál es la tuya, por eso hago tantos espacios de exploración y de creatividad dentro de los talleres, pero importa mucho que en el mundo esté puesta la voz femenina en la mesa porque lo cambia todo. Cuando las mujeres empezaron a ocupar espacios de liderazgo o de cargos públicos, aparecieron las salas cunas y miles de cosas que no estaban consideradas en el mundo. Siento que ha visto cada vez más desde la mirada femenina cuando se empieza a participar en la conversación junto con otras cosas y habilidades blandas que antes eran ridiculizadas, pero hoy nos damos cuenta que son fundamentales para que funcionen los equipos, las personas y la vida”. 

 

Sobre el Proyecto Hécate, está todo por verse ya que es algo que está creciendo inesperadamente. La obra ya trascendió al taller y se convirtió en un objeto artístico en sí mismo, tanto así que irá a grabarlo en un disco con las chicas que van a participar. También estará atenta a cómo le va a la obra en Barcelona, pero su intuición le dice que podrá llevarla a muchos lugares, rincones de Chile y del mundo. “Cuando las mujeres la cantan y hacen el proceso de aprenderse las canciones, es una tremenda experiencia y también para quienes las escuchan. Como que se triplica ese proceso y creo que son preguntas importantes que todos tenemos que hacernos. No será fácil, pero ahí hago un llamado a las personas para que vayan a los conciertos y hacer que esto siga pasando”. 

 

Sobre qué consejo le diría a su georgian pequeña nos cuenta que “hay muchas maneras de vivir en el mundo, no sólo la que le están poniendo frente a los ojos. Pocas veces canté en el colegio, me costó mucho y le diría que tenga paciencia, que se escuche mucho a sí misma, que si sigue su intuición va a poder seguir haciendo lo que le gusta hacer y a su propio ritmo. Que se preocupe de explorar, que todo lo que estudie la va a nutrir para poder inventar algo nuevo que le acomode. No tenemos que hacer necesariamente lo que estudiamos, yo seguí en la música pese a que estudié teatro. El oficio no se hace con los papeles sino con la experiencia, entrega, compromiso, cariño y pasión que le ponemos a las cosas. Le diría que tal vez lo que más le va a gustar hacer en la vida todavía no existe y lo tendrá que inventar”.  

 

Lo que más agradece y recuerda es el sentido de la responsabilidad social, los intentos constantes de poder entender que hay otro mundo más allá de nosotros y que dentro del privilegio viene una tremenda responsabilidad. “Cuando podemos ser un aporte que se junta con tu pasión, hay que tratar de darle un sentido a eso. Yo entré a estudiar teatro porque me gustaba y lo pasaba bien. Al tener identificado lo que quieres hacer, debes ver qué más se puede hacer con eso y cómo aportamos en hacer un mundo más lindo porque todavía falta mucho por hacer”. 

 

Vero quiso tomarse un momento y hacer un llamado a la comunidad georgiana para todos: “hay que apoyar la cultura y valorarla porque es tremendamente difícil. El arte y la música en Chile apenas sobreviven y a un costo tremendo que a veces terminamos pagando los artistas. Todas las personas dicen que el arte es maravilloso y que nos nutre el alma. Detrás de esa creación hay muchísimo trabajo y pido apoyar a los artistas de una forma súper concreta que es ir a los conciertos, comprar las entradas, los discos o hasta escuchar en Spotify. Cuando vean un talento ya sea en el arte visual, musical, danza o en literatura, cualquier cosa que sea un aporte sirve. En ese sentido tenemos una deuda con la cultura y hay que pararla de formas concretas”. 

 

Queremos dejarte invitado a que vayas al único y último concierto que dará Vero  de su música solista en Chile el día viernes 11 de abril a las 19:30 hrs. en Espacio Incluir en Avenida Alcalde Jorge Monckeberg 581, Ñuñoa. Aún quedan entradas para el que será probablemente el último en mucho tiempo. Será una linda e íntima despedida y puedes comprar tu entrada aquí.

 

 

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