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La Pompón: el emprendimiento que convierte celebraciones en experiencias dulces, sanas y memorables

hace 8 meses

En medio de la incertidumbre de la pandemia, Francisca Oliva OG 2000, creó La Pompón. No como un plan premeditado, ni como una estrategia de negocios, sino como una respuesta íntima y valiente a una crisis. En un escenario adverso, donde el trabajo formal escaseaba y el futuro parecía incierto, surgió una chispa: la cocina como refugio, como terapia, y más tarde, como camino.

Sin estudios formales en gastronomía, pero con el corazón puesto en cada mezcla, La Pompón comenzó a tomar forma desde la cocina de una casa, entre ingredientes sencillos y encargos modestos. Lo que partió como una actividad recreativa, se transformó poco a poco en una fuente real de ingresos y, sobre todo, en un proyecto compartido con la familia, donde el compromiso fue tan esencial como el azúcar o la harina. Incluso las hijas se sumaron a esta pequeña revolución hogareña que, sin saberlo, ya tenía el germen de algo mucho más grande.

Con el paso del tiempo y al retomar la rutina post-pandemia, la cocina no fue abandonada. Al contrario: se volvió una necesidad vital. Y así, en 2024, llegó la decisión de dar el salto definitivo y dedicar toda la energía a este emprendimiento. Con una visión clara: ofrecer una banquetería artesanal, de calidad, pensada especialmente para los más pequeños, rescatando sabores caseros, saludables y llenos de cariño.

Lo que distingue a La Pompón no es solo su propuesta culinaria, sino la experiencia que ofrece. Un carrito blanco de madera, completamente desmontable, se convierte en el protagonista visual de celebraciones, talleres y cumpleaños. No es solo decoración: es un símbolo. Un espacio donde se despliega un menú dulce y salado con encanto, y donde los niños se convierten en mini chefs, experimentando, aprendiendo y disfrutando con todos los sentidos.

Más que una pyme, La Pompón es una invitación. A celebrar de manera consciente, a volver a lo simple, a conectar con los sabores de la infancia. Es la convicción profunda de que sí es posible organizar cumpleaños ricos, sanos y memorables, sin recurrir a productos ultra procesados, sino apostando por lo hecho en casa, con dedicación y cariño.

Emprender, para su fundadora, ha sido un proceso desafiante pero profundamente transformador. Dejar atrás casi 20 años como periodista y reinventarse en la cocina no fue fácil, menos aún cuando la casa se convierte en taller y oficina a la vez. Pero ha sido también un aprendizaje vital, donde cada logro —por más pequeño que parezca— se vive como un paso firme hacia un sueño más grande.

Hoy, La Pompón no solo monta carritos: monta experiencias. Talleres donde los niños crean, aprenden y se relacionan; celebraciones donde los sabores caseros son protagonistas; momentos que quedan en la memoria. Y en ese carrito que acompaña cada evento, se lleva también la esencia de este emprendimiento: amor, dedicación y el deseo de construir algo con sentido.

En cinco años, La Pompón sueña con ser una marca que las familias recuerden con cariño. Que quienes hoy decoran galletas con delantal y gorro de chef, mañana encuentren ahí su vocación, o al menos, un recuerdo feliz.

Porque al final, lo más bonito de emprender ha sido comprobar que los grandes sueños, muchas veces, comienzan con pequeños pasos… o con una simple torta hecha con amor Puedes conocer más sobre este emprendiemiento en @lapompon.cl 

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