Banner noticia

Más allá del juego: Esteban Otaegui (OG 2011) y su transformación cultural y deportiva

hace 4 meses

Comenzar en el deporte escolar muchas veces marca el rumbo de una vida, pero no siempre el camino es recto ni sencillo. Así lo cuenta Esteban Otaegui (OG 2012) tras ocho años dedicado al volleyball, decidió dar un salto hacia el rugby, un mundo totalmente distinto que le exigió adaptarse no solo a nuevas reglas, sino a un contacto físico mucho más intenso y hoy fuera de su país ha aprendido a adaptarse.

“Fue desafiante aprender cómo moverme en la cancha, la cantidad de reglas que tiene el juego y el alto nivel de contacto, unas cuantas veces me cuestionaba si estaba tomando una buena decisión”, reconociendo las frustraciones iniciales que enfrentó. Sin embargo, el apoyo de sus compañeros y el espíritu de grupo le dieron la motivación necesaria para seguir adelante: “ver las cosas buenas que tiene el deporte y por las cuales vale tanto la pena sacrificarse”.

La experiencia deportiva se enriqueció aún más cuando decidió mudarse a Barcelona, donde la diversidad cultural y la variedad de estilos de juego marcaron una gran diferencia con los entrenamientos que había conocido en Chile. “La diferencia de los entrenamientos la he podido observar por la diversidad de culturas, personas de diferentes países hacen que sea distinta la manera de jugar y dentro de un mismo juego coexista más de un idioma”, destacando lo valioso de esta convivencia multicultural dentro del deporte.

El impacto de su paso por el extranjero no solo se refleja en su desempeño dentro del campo, donde su equipo logró un segundo lugar en la Copa Catalana, sino también en su rol como preparador físico. “He tenido una buena integración en el club, me han permitido proyectar y aplicar mis ideas de cómo se tiene que preparar un deportista para la competencia”, asegura, orgulloso de su contribución a las categorías formativas y del compromiso que ha visto crecer en los jugadores y jugadoras.

La formación deportiva que tuvo desde el colegio fue fundamental para llegar a donde está hoy: “El colegio me dio la oportunidad de probar muchos deportes, todos a muy buen nivel y con un compromiso intachable de los entrenadores”, reflexiona. Además, menciona a dos figuras clave que marcaron su camino: “Toño Inostroza, que me marcó en la etapa escolar, y Matías Barrera, que me guió en mi etapa universitaria y formativa, se transformó en un maestro y posteriormente en un muy buen amigo”.

Con la temporada europea comenzando en septiembre, las expectativas son altas tanto en rugby masculino y femenino como en waterpolo, donde también trabaja como preparador físico. “Llevamos trabajando muy duro hace 3 meses, por lo tanto, esperamos que los esfuerzos den resultados”.

Sus estudios en educación física y su especialización en rendimiento deportivo le han permitido adaptarse en su nueva vida europea: “El deporte es casi un idioma universal y acá lo entienden muy bien”, agradeciendo además la recepción positiva que ha tenido en el entorno profesional de Barcelona.

Por último, la compañía ha sido clave en esta aventura. Llegó acompañado de su pareja Javiera Ibieta (OG 2011), a quien reconoce como un gran apoyo al momento de vivir en otro país. Cuando llegaron lo recibió Gabriel Walker (OG 2011), su amigo de toda la vida que además fue un pilar fundamental en su llegada a Barcelona. También encontró en otros excompañeros de Old Georgians un apoyo importante, como Benjamín Jeria (OG 2015), con quien ha compartido temporadas en el club. “Él fue el responsable de que yo llegara al CN Poblenou, ya llevamos 2 temporadas jugando juntos y esperemos que unas cuantas más”, resaltando el valor de mantener vínculos que trascienden fronteras.

Compartir