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Generación 1970: una reunión llena de anécdotas, risas y amistad

hace un mes

El reencuentro de la generación 1970 del Saint George’s College fue una noche llena de emoción, risas y memorias imborrables. Aunque acostumbran reunirse cada año en grupos más pequeños, esta vez se reunieron más de 70 exalumnos y exalumnas se dieron cita para celebrar la amistad y el paso del tiempo. Hablamos con algunos georgians perteneciente a esa generación y nos dijeron cómo fue para ellos esta tremenda junta. 

Para Arturo Costabal, “es como un encuentro familiar. Volver a ver a los compañeros de colegio no es simplemente recordar el pasado, sino revivir una parte de uno mismo, Pasamos tantos años juntos y tenemos no solo una educación común, sino que confianzas creadas en el tiempo, que hacen que la relación se reanude como si hubiésemos estado juntos ayer”.

“El sentido de pertenencia es muy fuerte y estamos agradecidos de la educación que recibimos. La experiencia de haber compartido una formación bilingüe y una disciplina particular —ser “la primera generación de soldados-estudiantes”— marcó profundamente su carácter. Y aún hoy, “el sentido del humor particular se sigue practicando y gozando”, porque hay vivencias que resisten al tiempo. Una historia legendaria aún ronda los encuentros: “Cuando a una profesora que tenía un auto pequeño, se lo subimos por las escaleras al segundo piso del edificio en Pedro de Valdivia”.

El paso por el Saint George dejó una huella, la educación en inglés por profesores mayoritariamente norteamericanos, combinada con la formación familiar y nacional, “dio como resultado alumnos con una personalidad diferente, más desinhibidos, más atrevidos, más seguros de sí mismos, muy creativos y competitivos”. 

Los valores del colegio siguen siendo brújula de vida, “el Recte ad ardua abarca enfrentar la vida por el lado difícil, en la verdad, la honradez, el ser buen hombre, noble y resiliente, abierto y con aprecio por la amistad. Fuimos muy afortunados de haber pertenecido al Saint George’s College, y hay que devolver con gratitud. Nunca alejarse de lo más próximo del Colegio… nuestros classmates.”

Juan Guillermo Fuentes también quiso mostrar su alegría y dijo que ver de nuevo a sus companeros es lo mejor porque “al correr de los años, ya casi todos retirados de trabajos intensos, lleva que la amistad fluya con mucha más energía y bondad. Con el tiempo, son un poco repetitivos, pero se disfrutan como si fuese primera vez que los escuchas. Se hace renacer de nuevo lindos momentos que vivimos.”

En esos momentos siempre se acuerdan de una anécdota que hasta el día de hoy los hace reír: “En nuestra época se instauró un sistema igual al de las universidades, donde cada uno se inscribía con distintos profesores para cada ramo. Esto terminó por hacer desaparecer el tema de las letras por curso, haciendo que toda la generación fuese una sola.Se agrega que en nuestra generación nos ofrecieron hacer el Servicio Militar en una versión para escolares (un experimento). Resultó que en las campañas no se pudo controlar la disciplina como les gusta a los militares, considerando un grupo que estuvo siempre junto. Además nos unieron con otros colegios: Grange, Seminario Menor, Padres Franceses, bajo similar circunstancia. Terminamos siendo amigos todos, y el comportamiento dejó mucho que desear.”



Para él, los valores inculcados por el colegio son la “honradez, perseverancia, recursividad y un profundo respeto y aprecio por la amistad. Aparte de dominar el idioma inglés, que nos ha servido magníficamente toda la vida. Somos literalmente una ‘Band of Brothers’”.

Al preguntarle sobre qué le motiva a mantener vivo el vínculo con la comunidad del georgians, explica que: “El estilo de colegio. Me refiero a nuestra generación, dado que las edades producen diferencias que, de alguna forma, son divertidas. El humor de alguien 10 años menor es distinto y se nota.” Su mejor consejo para las futuras generaciones es "nunca perder el Georgean SpiritIndependiente que se apeguen siempre a los valores tradicionales, que es por lo que nos juzgarán en la otra vida, recomendaría que hagan todos los esfuerzos por trabar amistad con todos sus compañeros, y apoyarse mutuamente. Somos todos muy parecidos.

Por otra parte, Jaime Winter de la misma generación explica que “independiente que se apeguen siempre a los valores tradicionales, que es por lo que nos juzgarán en la otra vida, recomendaría que hagan todos los esfuerzos por trabar amistad con todos sus compañeros, y apoyarse mutuamente. Somos todos muy parecidos“.

Para Jaime lo más importante es seguir conectados: ¨Al conversar y saber unos de otros, fuera de aprender algo del otro, por ser muy parecidos, al ser como hermanos, sentimos un calor humano y un cariño incondicional, pero sobre todo destaco que hay varios compañeros que mantienen esta llama encendida, preocupándose por los demás y organizando los eventos que hacemos¨.

¡Queremos agradecer a todos los de esta generación por mantener vivo el Espíritu Georgiano y los motivamos a seguir juntándose!

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