Todavía estamos con la sonrisa puesta después de la tremenda fiesta de la Generación 2020. Más de 150 Old Georgians llegaron a celebrar, reencontrarse y reírse como si el tiempo no hubiera pasado. Fue de esas noches que te hacen pensar “ya, esto había que hacerlo sí o sí”, nos dice Javier Soto que aprovechó de ver a todos sus ex compañeros esa noche.

La cosa partió sencilla, pero con cariño: parrilla con hamburguesas, un carro de papas fritas que no paró nunca y harto picoteo. Y obvio, barra libre para todos los gustos: aperol, espumante, cervezas y pisco. No faltó nada.

Hubo dos momentos especiales que realmente marcaron la noche. El primero: la clásica foto de generación, todos juntos otra vez. El segundo: un video sorpresa proyectado en el muro del casino, con saludos de 10 profes que los acompañaron en el camino. Cuando apareció el primero, todos quedaron en silencio… y después vinieron las risas, los recuerdos y el brindis final.

Como dijo Javier, uno de los que estuvo moviendo todo detrás de escena: “Participar en la organización me encantó. Ver lo bien que lo pasaron todos hizo que valiera totalmente la pena el tiempo que le dedicamos”.

Además, contaron con un comité de 11 compañeros que se tomaron en serio el trabajo… pero lo pasaron igual de bien: “Organizarla entre amigos la hizo mil veces más entretenida. Fue un proceso bacán de principio a fin”.

No hubo premios ni formalidades. Solo ganas de juntarse, celebrar y sentir que la comunidad sigue viva, fuerte y ahí mismo donde la dejamos. Así se vive el espíritu Georgian: entre amigos, con cariño y siempre listos para reencontrarnos.