El equipo de rugby Old Georgians disputó la final contra DOBS en Old Boys, allá en Chicureo, y tuvo ese sabor de partidos que se viven con el corazón en la mano. Fue apretado, peleado, y contra un rival que ya les había ganado dos veces en la fase regular. Pero ojo porque también dejó nombres que se lucieron como Fernando Opazo y Lucas Escobar, que metieron intensidad de principio a fin.

Semanas antes fue el repechaje contra Sporting en el Parque Mahuida, también fue un partido duro, trabado, con el ascenso a Primera en juego. Ahora en esta final de temporada, el capitán Javier Valle lo resume mejor que nadie: “Fue un año muy provechoso. Mucha carga de entrenamientos y un plan físico que nos permitió desarrollar la envergadura del equipo”.

 El equipo no solo corrió más, jugó mejor, se ordenó y se fortaleció. Javier lo siente así, “los entrenamientos técnicos nos hicieron subir nuestro nivel de juego”.

Hace tres años ya habían estado en Segunda y terminaron campeones. Y ahora, con aún más trabajo encima, la idea está clara para lo que viene. “Para la próxima temporada el objetivo es ser campeones, ascender y volver a jugar en Primera”.

Del otro lado de la cancha, el coach Francisco Hurtado también se quedó con la foto completa del año: “Fue una excelente temporada. Llegamos a la final de Segunda División con ambos planteles y, aunque perdimos, hubo pequeñas victorias que nos permitirán seguir creciendo”. El plantel creció, el compromiso también, y el trabajo interno empezó a rendir frutos. “Como grupo fue un excelente año. Hoy tenemos un plantel con más de 70 jugadores activos”.

“Queremos fortalecer nuestro juego y consolidar el trabajo que hemos llevado. Nos hemos involucrado en el rugby del colegio y transformado la formación deportiva en algo positivo, asertivo, empático y competitivo”.

Su mensaje a los jugadores es: “Las casualidades no existen. La perseverancia, la constancia y dar el máximo siendo resilientes es lo que nos llevará al éxito”.

Dos finales, dos derrotas… pero una sensación compartida: el equipo está más maduro, más ancho, más unido. Con objetivos grandes, pero con la convicción de que el camino es el correcto. Si algo quedó claro después de todo lo que se jugó es que este grupo no retrocede: se prepara y que el sueño de volver a Primera no es un deseo, es un plan.